Por: Lorena Heller Vilela
Hace
poco más de diez años Bolivia era uno de los países más endeudados del
mundo; destinaba el 80% de su PIB al pago de deuda. Es decir que por
cada boliviano que se generaba como ingreso, 80 centavos estaban
comprometidos.
El
año 1999 se recibió la “buena noticia” de haber sido elegido entre los
países que se acogieron al programa de alivio de deuda conocida como
“Iniciativa HIPC” que como su nombre menciona por sus siglas en inglés,
Heavily Indebted Poor Countries, se trató de un alivio en el pago de la
deuda externa para aquellos países altamente endeudados y con un nivel
de pobreza tal que resultaban incapaces de cumplir con sus obligaciones
externas. Junto con Guyana, Bolivia fue uno de los únicos países en la
región que logró acogerse a este programa, pues su elevado nivel de
deuda en proporción del Producto Interno Bruto (PIB) rondaba 79,2%
(promedio 2001-2005), uno de los niveles más alto de la región.
La
situación financiera es muy diferente a partir de 2006 gracias al
cambio en la política de endeudamiento. Hacia finales del año 2013 el
ratio deuda pública total / PIB no superó 35%, posicionando al país como
uno de los de mejor capacidad de endeudamiento en la región después de
Perú, Ecuador y Colombia y por debajo de los límites referenciales
establecidos internacionalmente como el Mercosur (40%), Mastricht (60%) y
la CAN (50%).
Pero
no sólo mejoró la capacidad de endeudamiento sino también la cobertura
para enfrentar shocks externos. El ratio deuda externa respecto a las
Reservas Internacionales (RIN) actualmente equivale a un 36,5%. Este
indicador llegó a dicho nivel debido al incremento de las RIN que paso
de 13% respecto al PIB el año 2001 a 47,5% el año 2013, lo cual muestra
que la capacidad de atender los compromisos externos es ahora mayor y
que aún existe un amplio margen para endeudarse sin enfrentar riesgos de
sobreendeudamiento.
Se mencionó
que cada boliviano tiene un nivel de deuda de 1.100 dólares, monto que
podría sonar alarmante sino se realiza una comparación con otros países.
En promedio en la región el nivel de deuda per cápita ronda los 3.000
dólares existiendo países como Brasil, Argentina y Uruguay que superan
los 5.000 dólares. En cambio, Bolivia ocupa el segundo nivel más bajo
después de Perú.
Si
se compara el endeudamiento total de Bolivia de 10.000 millones de
dólares frente al de Brasil, país con el mayor nivel de deuda pública en
la región, de 670.800 millones de dólares se puede advertir que la
deuda boliviana es insignificante. En términos del PIB la comparación
continúa siendo válida pues Brasil tiene comprometido el 68% de su PIB
mientras que Bolivia sólo 34,7%.
También
se podría comparar en términos de los esfuerzos realizados post-HIPC.
En el caso de Guyana, actualmente este país tiene una deuda respecto
del PIB aproximadamente de 62,1% a pesar de haber sido favorecido del
programa de alivio de deuda como Bolivia.
Finalmente
no debemos olvidarnos que hace una semana la calificadora Fitch Rating
destacó los avances del país en materia económica y subió la perspectiva
de riesgo de BB– (estable) a BB+. El reporte destacó las elevadas
Reservas Internacionales Netas, la disminución de la deuda externa, la
desdolarización, el crecimiento económico y el avance en algunas leyes
económicas sectoriales. Aspecto que se contrarresta a las perspectivas
que se tenían el año 2005 cuando el país tenía una calificación de B- a
un punto de ser C y entrar en un default.
Por
tanto, antes de realizar una lectura apresurada del incremento nominal
del saldo de la deuda pública para evaluar su desempeño se debería
tomar en cuenta como se encontraba el país antes y como está ahora.
Asimismo, una revisión mucho más objetiva a esta cifra debiera realizar
un comparativo con nuestros países vecinos que son el mejor referente.
la deuda boliviana es insignificante.
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