Autor: Pablo Cachaga Herrera
En
varios medios de prensa ha desatado polémica las afirmaciones vertidas
por la Fundación Jubileo sobre el crecimiento considerable de la deuda
pública, afirmación que genera en mi persona gran inquietud y me obliga a
despejar dudas que se originaron respecto al tema.
Un
análisis más concienzudo sobre la deuda debería distinguir entre
contratación de deuda y gestión de deuda, la primera hace referencia al
nuevo flujo de deuda contraída y la segunda se refiere a un concepto
mucho más amplio que engloba varias características, que en este
artículo serán expuestas con la ayuda del boletín de estadísticas de
deuda del Tesoro General de la Nación 2013 publicado recientemente por
el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP).
Entre
los indicadores de deuda que nos permite hacer un análisis de la
gestión de la misma encontramos la relación deuda/PIB, que mide la
sostenibilidad de deuda, este indicador ha mostrado un comportamiento
decreciente en los últimos 8 años, de una posición cercana al 80% en
2005 a solo 28% en 2013, este resultado refleja qué el endeudamiento
respecto a nuestros ingresos como país ha disminuido considerablemente.
La
estructura de deuda interna del TGN ha cambiado considerablemente hacia
plazos mayores. En 2005 el plazo máximo por el cual se contrataba deuda
era en promedio 8 años, en 2013 el plazo se extendió a 35 años,
adicionalmente al cambio de timón del perfil de deuda, destaca que en la
gestión 2013 el Tesoro logró colocar Bonos a 50 años en el mercado
financiero interno. Son pocos los países que consiguieron colocar a ese
periodo de tiempo.
El
costo financiero de la deuda disminuyó considerablemente. Así por
ejemplo en 2005, el Estado boliviano colocaba deuda a una tasa superior
al 5% anual. Actualmente, los títulos ofertados por el TGN a 50 años
otorgan un rendimiento de 4,4%, denotando de esta manera un ahorro para
las arcas del Tesoro.
Otro
hecho importante es la reducción de la exposición al riesgo cambiario
que ha disminuido sustancialmente. En la gestión 200o el 64% de la deuda
se encontraba en moneda extranjera, en cambio en 2013 predomina la
colocación en moneda nacional con 60%, lo cual reduce los riesgos de
incremento en el saldo de la deuda pública por movimientos de tipo de
cambio nominal.
Otro
elemento que se evalúa cuando se contrata deuda es el destino del
financiamiento. Sería un elemento de preocupación si las autoridades
contratan deuda para financiar gasto corriente como ocurrió en el
pasado. En cambio cuando estos recursos son bien utilizados en
inversión como la construcción de carreteras, puentes y otras obras de
infraestructura, se entendería que la asignación es eficiente.
En
síntesis no debemos de confundir entre una mayor contratación de deuda y
gestión de deuda, la primera puede incrementarse sin que esto
comprometa la buena gestión de la misma, sin embargo un análisis más
serio debería de realizarse sobre montos del endeudamiento respecto al
ingreso total de la economía y no como muchos analistas lo hacen en
términos nominales.
Con
todo lo mencionado se observa que en el periodo 2006-2013, la gestión
de deuda fue adecuada, eficiente y transparente, esta última debido a la
periódica publicación de información estadística de deuda que permiten
al ciudadano de a pie controlar como se administran los recursos
públicos.
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